Verde Pistacho

[...] Cobardes que ingieren muerte y que evitan la sobriedad del cara a cara, de la realidad sin caricaturizar, prefiriendo llegar al Puerto de Indias y naufragar.

Enjambres de poemas  y aguijones de palabras con rimas que se clavan, panales encuadernados que se escriben con tinta y miel. [...] Zánganos coronados con hiedra y laurel que fecundan a la Tierra con sus maravillosos poemas.

[...] Plumeros  que bailan la canción: “Dama, dama” y mopas  que intentan escribir en las baldosas un mensaje de socorro. Corbatas y bigotes  que desfilan recitando el himno del orden establecido, y pajaritas que intentan desabrocharse y volar, deseando desprenderse de esa nuez para poder colocarse en el cuello de los megáfonos, que difunden el cambio. [...]

[...] El mundo ya no es mundo,  es un desesperado superviviente  por no morir entre memorias calcinadas, por no ahogarse en sus pulmones de lava  o evaporarse como el agua,  de lo que antes eran glaciares,  y ahora,  hondos valles de escombros  y ceniza.  La Tierra ya no es Tierra,  sino tierra.

[...] Sencillamente somos dos jienetes,  sin cabeza. Ahora, semillas que sollozan, que se riegan y que crecen solas, solas .

[...] Risas cínicas y aplausos ignorantes a un ruedo de víctimas sin raciocinio. Unos seres capaces de crear vida artificial pero incapaces de conservar la real. Orejas que se esconden por sus caracoles y voces que disfrazan con excusas la verdad de la gravedad,  de la extinción. [...]

Corazón que gime por no haber dado la vuelta al mundo con tus latidos. Unos que parpadean al son de ti, con arterias violinistas y una vena aorta solista con tu voz. [...]

[...] Un óbito ninfómano de volver a morir con tus besos inhumanos, de burlar a las Parcas con sus tijeras de plástico blando. [...] Me prendé de un diablo harto de ganas de quererme  todas las lunas de sangre, en nuestro idílico inframundo.

Siempre gateé hacia atrás. Ahora ando lentamente hacia delante, con algún gateo tramposo de ganas, de volver al pasado, a la infancia. [...]

Violetas temblorosas  entregadas con vehemencia por tus manos arrugadas y longevas. [...]

La suerte me obligó a ser fuerte, a afrontar y no a idolatrar,  el amor, a secarme con furia los ríos de agua sucia que me brotan en la cara, manchados con el rímel,  marca de un agua que gime, con dolor y decepción. [...]

Precintados con abrazos, envueltos en besos, y sellados con amor, vivimos nuestra pasión en una caja de embalaje. [...] Nuestra infinitud en unos días acartonados; el tiempo transcurrido en el trayecto del envío, hacia nuestra felicidad,  desempaquetada .

[...] Una película con créditos y una bella canción al final, que me recuerda lo divertido que son los finales, felices, y los créditos, en los que te incluyo a ti, en  agradecimientos.

[...] ¡Y qué más da que tú seas tirolesa y yo bantú si a los dos nos encanta estar en los Alpes dándonos besos de Zanzíbar!

[...] Y es que tú haces que mis semáforos rojos sean verdes, y que el peligro en mí desaparezca a tu lado. Contigo no me apetece acelerar, ni frenar, solo ir a la ralentí, disfrutando de cada kilómetro sin fin, contigo sentado, al lado de mí. [...] Un amor sobre ruedas.

[...] Que nací con tres manos: la derecha, la izquierda, y la tuya, una garra tan amada  que ya no la distingo de la mía  humana. [...] Dedicado a ti, Dori.

[...] Y qué bonito es saber que aunque te hayas esfumado, vuela a mi alrededor tu polvo de ángel, de la guarda. Y qué bonito es saber que siempre serás mi abuelo, aquí,  allí,  o donde estés, un lugar que contigo es cielo. [...] Dedicado a ti, abuelo.

[...] Tú,  tras muchas claves de Fa, encontraste la de Sol, y yo,   tras muchos pentagramas incompletos, encontré mis cinco perfectas líneas.

Heladora fiebre en febrero, que ahora es  fiebrero , un calor enloquecido por el frío hielo, del invierno. [...] Y en el mes marchó , sin que el mercurio subiera, aquel fuego de Mercurio en mi cuerpo. [...] Es el mes de  abrí . [...] Con la espera  de ser el mes favorito de alguien, sin fiebrero,  sin marchó,  con abrí,  consciente de un  nosiempre, pero difundiendo un:  disiempre .

Hiciste que el rímel revelara de manera poco pulcra, mi desdicha. Ya no sabía si el Mar Negro se hallaba en mi cara o estaba situado entre Europa y Asia. Provocaste que me ahogara, en incesantes tsunamis y que ahora estuviese hecha parcialmente de agua. [...]

En la uva número doce saboreo el último instante de año. Con la doceava campanada un sonido de despedida, y a la vez de bienvenida, se abre camino en el tímpano de mi oído. Y con un nuevo número en el calendario puedo apreciar la fugacidad de los instantes,  la rapidez del año. Con la uva número uno recuerdo aquel comienzo de 2018, con un torbellino de emociones, con el Señor de canas blancas sentado en la mesa grabando y apreciando cada instante en familia aquel día, con su particular cámara casi desechable. Con la número dos y tres he sido evadida al momento más duro de mi vida, donde comprendí que lo único desechable que existe es la vida, y que aquel día,  con aquella cámara, y con mi familia, jamás se repetiría, porque aquellas cándidas canas ahora son destellos de la corona de un ángel. En las tres siguientes uvas hallo mi abismo encarnado con un pensamiento infausto y misántropo  y con un por doquier de experiencias y cariño,  ...

Con nieve en las pestañas  recuerdo aquella noche de diciembre  en la que había una nueva estrella fugaz  surcando el cielo. [...] Dedicado a ti, Puppy.

Quiero que me dispares  las ganas de conocerte.  Que me apuntes  con tus pupilas,  cargues  tu colorido iris,  y ¡ fuego !,  con tu proyectil mirada.

Como sauces llorones  y caídos  mis pestañas,  las tuyas  fuertes como hayas.  Que tus pestañas de falso haya  un día fueron lloronas. [...] Canta a mis hojas  que quiero sacar a bailar a mis raíces.

Me has dejado la Vía Láctea grabada en la piel,  y por eso te estoy eternamente agradecida.  Desde nuestro gran  Big Bang ,  hasta nuestra  Gran Mortandad ,  pero siempre sabiendo que llega una nueva era y que la galaxia siempre está repleta de cometas  y a la espera de nuevos planetas.

Multitud de personas han escrito con esta palabra  o la han utilizado para expresarse.  Probablemente sea una palabra usada en todos los segundos del día,  pronunciada por la boca de un número incalculable de personas,  pero con un uso sobrevalorado y mal utilizado. "A veces" es utilizado con el significado de 'en ocasiones', sin embargo, solo debería usarse como sinónimo de 'de repente', esto le da un giro semántico a la palabra y la convierte en una palabra fuerte, detonante, firme y con seguridad; una palabra que antes era una probable, inestable, intermitente y muy suave. De repente o a veces ocurren situaciones, cosas, ocurren personas, que nos hacen decir: "A veces...", pero queriendo decir: "De repente...", de forma entusiasta y apasionada.  A veces, de repente, de la nada aparecen personas que nos tiñen la vida de colores nuevos.  A veces, y esta vez con el uso sutil, insostenible, ligero y lejano, conoces y estrechas lazos con...

La vida es pura hipocresía,  esclavos de los medios,  de controladas opiniones,  dependientes de nosotros mismos.  Numerosas ideologías para pocas mentes,  para escasos pensadores,  para pocos seres libres.  Tú,  abuelo,  me enseñaste a no coserme ni siquiera la sombra, me enseñaste a ser una completa desconfiada de lo ajeno. Me enseñaste que decidamos lo que decidamos es nuestra elección y me dijiste que una vez tomada la decisión hay que avanzar con ella, pase lo que pase.  Me enseñaste a callar y a escuchar,  a beberme mis opiniones en numerosas ocasiones.  Me enseñaste que la abuela no está hecha de palabras escritas ni orales,  pero sí emocionales.  Me enseñaste que el esfuerzo lleva a la gloria  y que los malos actos pasan factura con los años.  Me enseñaste a perdonar y a tener la capacidad de comprender.  Me enseñaste,  me enseñaste,  me enseñaste tantas cosas  que ...